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La incineración de residuos produce calor, el cual puede aprovecharse para la generación de energía. En la primera etapa, está retirada la energía térmica del aire de salida caliente y utilizada para el calentamiento de aire fresco. El aire caliente es llevada de nuevo a la producción. Esto resulta en una reducción de gas natural para la producción y, por tanto, a una reducción de las emisiones de CO2. Al mismo tiempo, está eliminada una parte de los elementos condensables del aire de salida. En la segunda etapa de limpieza, el aire de salida está enfriado a una temperatura de punto de rocío, a través de inyección de agua. Una parte del agua (actualmente 260 litros / hora) se evapora. El agua evaporada es visible como vapor en la chimenea. Durante este proceso, elementos condensables son transformados en pequeñas gotas y eliminadas al final de la cámara de reacción. El condensado es recogido en un separador de aceite-agua. El grado de limpieza del aire de salida es hasta el 100%.
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